Me fui en silencio, sin un
adiós, sin drama, sin mayor explicación, ya lo había dicho todo, una y mil
veces tratando de arreglar algo que nació roto, pero ahora por fin ya no me
duele más ni siento esa necesidad de regresar por alguien.
Me fui por mi derecho a ser
feliz, para dejar de recordar lo ingenua que fui de creer cada miserable
palabra que salieron de tus dedos, ver como jamás tuviste la intención de
cumplir ninguna promesa, por fin me aburrí de escuchar y leer tantas letras y
palabras sin contenido.
Me fui para sentirme libre,
para ser yo misma y tomar la vida con mis manos, me dijeron que tenía dos
opciones guardar esto como un recuerdo o como una lección, y tomé la segunda
prefiero sacar un aprendizaje de todo este ir y venir, aprendí a escucharme
cuando mi cerebro dice que hay algo que no cuadra, me habría evitado varios
dolores de cabeza.
Fuiste igual que muchos, ni
mejor ni peor solamente igual, por este motivo no me di ni el esfuerzo de
explicar mi retirada, lo hice y no me arrepiento de nada, ya no tienes nada
nuevo que ofrecer, y si justo ahora tienes algo nuevo, no me importa, superé
esto y ni cariño guardo por su recuerdo.
Aprende querida Claudia,
ahora es un mundo nuevo y personas nuevas, y espero jamás volver a recordar lo
ingenua que fui. No más mentiras, no más espera.
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